domingo, 22 de junio de 2025

AUTOMATIZACIÓN EN POTABILIZACIÓN DEL AGUA: ¿PROGRESO O AMENAZA? DESMONTANDO MITOS

 Por Carlos Uzcategui


La automatización ha revolucionado la gestión del agua potable, pero genera debates intensos. Dos críticas recurrentes son: "Automatizar es para vagos" y "La automatización destruirá empleos". Analicemos estas afirmaciones desde una perspectiva técnica, económica y social dentro del crucial sector de la potabilización.

Más que Botones: La Complejidad Tras la Automatización

Imaginar que automatizar una planta es simplemente "presionar botones" es una visión simplista y errónea. La realidad es muy diferente:

1.    Diseño e Ingeniería Avanzada: Implementar sistemas automáticos (SCADA, PLCs, sensores IoT, dosificación automática de químicos, control de floculación, filtración y cloración) requiere un profundo conocimiento de los procesos fisicoquímicos y biológicos del agua, hidráulica, control de procesos e ingeniería de sistemas complejos. Exige meses (o años) de planificación, modelado y pruebas rigurosas.

2.    Supervisión Inteligente, No Menos Trabajo: La automatización libera al personal de tareas repetitivas, manuales y potencialmente peligrosas (como manipulación directa de químicos agresivos o lectura constante de instrumentos analógicos). Pero no elimina la necesidad de supervisión humana calificada. Los operadores se convierten en supervisores de procesos, analistas de datos y solucionadores de problemas complejos. Deben interpretar alertas, diagnosticar fallos en cadenas automatizadas, tomar decisiones críticas basadas en información en tiempo real y optimizar los algoritmos de control. Esto exige mayor capacitación, criterio y responsabilidad, no menos esfuerzo.

3.    Mantenimiento Especializado: Los sistemas automatizados requieren mantenimiento preventivo y correctivo constante por parte de técnicos altamente especializados en electrónica, instrumentación, software y redes. Este perfil es muy diferente al operario tradicional.

¿"Automatizar es para Vagos"? Un Juicio Injusto e Inexacto.


Esta afirmación ignora por completo la complejidad técnica y la reconversión profesional que implica. Automatizar no busca reducir el esfuerzo, sino optimizar el uso de recursos (agua, energía, químicos) y garantizar resultados superiores (calidad constante del agua, cumplimiento normativo estricto, respuesta rápida a incidentes como contaminaciones). Es una herramienta para hacer el trabajo más eficiente, seguro y confiable, no para evitarlo. Requiere personal más capacitado y proactivo, no menos trabajador.

El Espinoso Tema del Empleo: ¿Destrucción o Transformación?

Es innegable que la automatización cambia el panorama laboral en las plantas potabilizadoras:

1.    Reducción de Roles Manuales Repetitivos: Puestos centrados en tareas físicas, monitoreo manual intensivo o ajustes operativos básicos pueden disminuir.

2.    Creación de Nuevos Roles: Emergen demandas para:

o   Ingenieros y Técnicos de Automatización/Control: Diseño, programación, mantenimiento de sistemas SCADA/PLC.

o   Analistas de Datos: Interpretación de la enorme cantidad de información generada para optimizar procesos y predecir fallos.

o   Especialistas en Ciberseguridad: Protección de sistemas críticos contra amenazas digitales.

o   Técnicos de Instrumentación Avanzada: Calibración y reparación de sensores complejos.

o   Operadores de Supervisión: Con perfil más técnico y analítico.

3.    Reconversión, No Solo Eliminación: El impacto neto depende de la estrategia de la empresa gestora. La visión proactiva implica programas sólidos de capacitación y reconversión para el personal existente. Un operario experimentado puede convertirse en un valioso supervisor de sistemas automatizados con la formación adecuada. El conocimiento profundo del proceso de potabilización sigue siendo invaluable.

4.    Eficiencia y Sostenibilidad: La automatización permite gestionar recursos hídricos cada vez más escasos con mayor precisión, reducir pérdidas y optimizar costos operativos. Esto contribuye a la sostenibilidad financiera del servicio, que es fundamental para mantener el empleo a largo plazo. Plantas ineficientes y obsoletas son más vulnerables a recortes o externalizaciones.

Conclusión: Automatización Inteligente para un Agua Más Segura y un Futuro Laboral Sostenible

La automatización en la potabilización del agua no es un lujo ni un capricho de la pereza; es una necesidad técnica y de gestión. Permite enfrentar desafíos crecientes: garantizar calidad microbiológica impecable, cumplir normativas más estrictas, optimizar recursos en un contexto de cambio climático y atender a poblaciones en expansión.

Desmontar los mitos es crucial:

  • Automatizar no es para vagos, es para profesionales más preparados y sistemas más resilientes.
  • La automatización transforma el empleo, no necesariamente lo destruye netamente. El impacto negativo se mitiga fuertemente con inversión en reconversión y formación continua, aprovechando la experiencia existente y creando nuevos puestos de mayor valor añadido.

El camino no es resistir el cambio, sino gestionarlo con visión. La meta debe ser combinar la eficiencia y seguridad que brinda la tecnología con una transición justa para los trabajadores, asegurando que la revolución digital en el agua potable beneficie a todos: operarios más calificados, gestores más eficientes y, sobre todo, una población que recibe un servicio esencial más confiable y sostenible. La automatización, bien implementada y gestionada, es una aliada imprescindible para el futuro del agua y de quienes trabajan para llevarla a nuestros hogares.






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