Por Carlos Uzcategui
La
automatización ha revolucionado la gestión del agua potable, pero genera
debates intensos. Dos críticas recurrentes son: "Automatizar es
para vagos" y "La automatización destruirá
empleos". Analicemos estas afirmaciones desde una perspectiva técnica,
económica y social dentro del crucial sector de la potabilización.
Más
que Botones: La Complejidad Tras la Automatización
Imaginar
que automatizar una planta es simplemente "presionar botones" es una
visión simplista y errónea. La realidad es muy diferente:
1. Diseño e Ingeniería Avanzada: Implementar sistemas automáticos (SCADA, PLCs,
sensores IoT, dosificación automática de químicos, control de floculación,
filtración y cloración) requiere un profundo conocimiento de los procesos
fisicoquímicos y biológicos del agua, hidráulica, control de procesos e
ingeniería de sistemas complejos. Exige meses (o años) de planificación,
modelado y pruebas rigurosas.
2. Supervisión Inteligente, No Menos Trabajo: La automatización libera al personal de
tareas repetitivas, manuales y potencialmente peligrosas (como
manipulación directa de químicos agresivos o lectura constante de instrumentos
analógicos). Pero no elimina la necesidad de supervisión humana calificada.
Los operadores se convierten en supervisores de procesos, analistas
de datos y solucionadores de problemas complejos. Deben interpretar alertas,
diagnosticar fallos en cadenas automatizadas, tomar decisiones críticas basadas
en información en tiempo real y optimizar los algoritmos de control. Esto
exige mayor capacitación, criterio y responsabilidad, no menos
esfuerzo.
3. Mantenimiento Especializado: Los sistemas automatizados requieren
mantenimiento preventivo y correctivo constante por parte de técnicos altamente
especializados en electrónica, instrumentación, software y redes. Este perfil
es muy diferente al operario tradicional.
¿"Automatizar es para Vagos"? Un Juicio Injusto e Inexacto.
Esta afirmación ignora por completo la complejidad técnica y la reconversión
profesional que implica. Automatizar no busca reducir el esfuerzo, sino
optimizar el uso de recursos (agua, energía, químicos) y garantizar
resultados superiores (calidad constante del agua, cumplimiento
normativo estricto, respuesta rápida a incidentes como contaminaciones). Es una
herramienta para hacer el trabajo más eficiente, seguro y confiable,
no para evitarlo. Requiere personal más capacitado y proactivo, no
menos trabajador.
El
Espinoso Tema del Empleo: ¿Destrucción o Transformación?
Es
innegable que la automatización cambia el panorama laboral en
las plantas potabilizadoras:
1. Reducción de Roles Manuales Repetitivos: Puestos centrados en tareas físicas, monitoreo
manual intensivo o ajustes operativos básicos pueden disminuir.
2. Creación de Nuevos Roles: Emergen demandas para:
o
Ingenieros y
Técnicos de Automatización/Control: Diseño,
programación, mantenimiento de sistemas SCADA/PLC.
o
Analistas de
Datos: Interpretación de la enorme
cantidad de información generada para optimizar procesos y predecir fallos.
o
Especialistas en
Ciberseguridad: Protección de
sistemas críticos contra amenazas digitales.
o
Técnicos de
Instrumentación Avanzada: Calibración
y reparación de sensores complejos.
o
Operadores de
Supervisión: Con perfil más
técnico y analítico.
3. Reconversión, No Solo Eliminación: El impacto neto depende de la estrategia de la
empresa gestora. La visión proactiva implica programas sólidos de
capacitación y reconversión para el personal existente. Un operario
experimentado puede convertirse en un valioso supervisor de sistemas
automatizados con la formación adecuada. El conocimiento profundo del
proceso de potabilización sigue siendo invaluable.
4. Eficiencia y Sostenibilidad: La automatización permite gestionar recursos
hídricos cada vez más escasos con mayor precisión, reducir pérdidas y optimizar
costos operativos. Esto contribuye a la sostenibilidad financiera del
servicio, que es fundamental para mantener el empleo a largo plazo. Plantas
ineficientes y obsoletas son más vulnerables a recortes o externalizaciones.
Conclusión:
Automatización Inteligente para un Agua Más Segura y un Futuro Laboral
Sostenible
La
automatización en la potabilización del agua no es un lujo ni un
capricho de la pereza; es una necesidad técnica y de gestión. Permite
enfrentar desafíos crecientes: garantizar calidad microbiológica impecable,
cumplir normativas más estrictas, optimizar recursos en un contexto de cambio
climático y atender a poblaciones en expansión.
Desmontar
los mitos es crucial:
- Automatizar no es
para vagos, es para profesionales más preparados y sistemas más
resilientes.
- La automatización
transforma el empleo, no necesariamente lo destruye netamente. El impacto negativo se mitiga fuertemente
con inversión en reconversión y formación continua,
aprovechando la experiencia existente y creando nuevos puestos de mayor
valor añadido.
El camino no es resistir el cambio, sino gestionarlo con visión. La meta debe ser combinar la eficiencia y seguridad que brinda la tecnología con una transición justa para los trabajadores, asegurando que la revolución digital en el agua potable beneficie a todos: operarios más calificados, gestores más eficientes y, sobre todo, una población que recibe un servicio esencial más confiable y sostenible. La automatización, bien implementada y gestionada, es una aliada imprescindible para el futuro del agua y de quienes trabajan para llevarla a nuestros hogares.